A pesar de los escándalos y los múltiples problemas que ha enfrentado el Gobierno del presidente Gustavo Petro, el Congreso de la República parece estarse quedando corto a la hora de hacer veeduría y ejercer control político a los altos funcionarios del Ejecutivo.

De acuerdo con datos de la Cámara de Representantes, durante la última legislatura, es decir del 20 de julio del año pasado al 20 de junio de este año, la plenaria de la corporación realizó apenas cuatro debates de control político contra el Gobierno Petro, de los cuales tres fueron intentos de moción de censura.

Esta situación no solo ocurre en la Cámara, sino también en la plenaria del Senado, donde la oposición definitivamente se quedó con los ‘crespos hechos’ con el debate de control político que tenía preparado contra el Gobierno de Gustavo Petro por el escándalo de las chuzadas, episodio que presuntamente involucraría a funcionarios del Gobierno nacional y de la seguridad presidencial.

Todo se debe a que, para el momento en el que estaba programado el debate, la plenaria del Senado no alcanzó a evacuar el proyecto de la legalización de la marihuana, pues el quórum fue desbaratado por congresistas de los sectores de Gobierno.

“Íbamos a hundir el proyecto de marihuana; y entonces en una jugadaza Alexander López levantó la plenaria”, denunció la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia.

Llama la atención el poco número de debates de control político, si se tiene en cuenta que el Congreso tiene, en esencia, dos funciones: discutir proyectos de ley y hacer control político al Gobierno.

Una explicación a este fenómeno está en que durante este primer año de Congreso las presidencias del Senado y de la Cámara estuvieron en manos de aliados del Gobierno: David Racero, en la Cámara; Roy Barreras y Alexander López, en el Senado