El ajuste anual del salario mínimo cada vez es más álgido, en especial, por sus implicaciones sobre la inflación. Debido a que Colombia no ha logrado bajar el costo de vida al ritmo que lo han hecho otros países del vecindario, en Fasecolda –gremio de los aseguradores– lanzaron una propuesta que permita a los trabajadores recuperar el poder adquisitivo sin golpear tanto el nivel de precios.

Por ley, el mínimo debe subir con la inflación del año que acaba de terminar más la productividad; en Fasecolda proponen que por esta vez se permita que el ajuste no se haga con la inflación de 2023 (que se estima alrededor de 10 por ciento), sino con la proyectada para 2024 (se calcula cercana al 5 por ciento). El argumento es que es hora de cambiar la jurisprudencia del salario mínimo, dado que hace más de dos décadas no se tenía una inflación tan alta ni mucho menos los efectos de una pandemia. ¿Les harán caso?