En su reunión en Brasil con el presidente Michel Temer,  Juan Manuel Santos llegó a un acuerdo con él. Que si el Congreso peruano sacaba a Pedro Pablo Kuczynski de la presidencia por vías no legales, no asistirían a la Cumbre de las Américas en Lima. Para ampliar ese eventual boicot, Santos llamó a sus colegas de Argentina y Chile, Macri y Piñera, y estos aceptaron sumarse a la causa. Estaba pendiente solamente el presidente de México, Peña Nieto, cuando en forma inesperada Kuczynski renunció. Con esto el boicot desapareció.  Pero nadie se enteró de que la cumbre estuvo a punto de hundirse.Escuche aquí los Confidenciales de la edición 1873