Esta semana, los congresistas del Pacto Histórico por fin recibieron luz verde frente al poder burocrático del Gobierno en las regiones. Sin embargo, quedaron decepcionados. En un salón del Hotel Sochagota de Paipa, el director del Dapre, Mauricio Lizcano, con lista en mano, los llamó y les informó qué les correspondía en sus departamentos. Para sorpresa de los convocados, los regalos burocráticos no fueron los esperados. El Gobierno de Petro no les entregó direcciones de entidades territoriales, sino ciertos cupos en juntas directivas de universidades, cámaras de comercio y enlaces en las oficinas de trabajo, entre otros. Ante esto, algunos congresistas creen que al petrismo le tocó el hueso de la vaca, mientras los partidos tradicionales se comen la carne. Algunos dicen que con esos aliados, para qué enemigos.