SEMANA reveló un caso de presunto acoso sexual denunciado al interior del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), en el que Edgar Arturo Guerrero Ángel, coordinador del Grupo del Sistema de Análisis de Riesgos Químicos en Alimentos y Bebidas, habría tenido conductas indebidas con una subalterna.
La mujer, que denuncia a nombre propio, asegura que su compañero de trabajo le pidió fotos y videos íntimos.
“Se acerca sutilmente a mi escritorio, sin que me percate, se ubica al respaldo de mi silla bloqueando el movimiento de esta, y me habla en voz baja de repente. Al girarme para atender sus palabras, mi cara queda muy cerca de él a la altura de su cintura”, dice la mujer en un aparte del escrito, radicado internamente.
La entidad decidió quitarlo de la coordinación, pero permitieron que se quedara en el mismo sitio de trabajo, junto a ella y otras posibles víctimas de conductas similares.
Luego de la publicación, fuentes internas le contaron a este medio que la entidad decidió enviar a la presunta víctima a trabajar desde su casa. A Guerrero Ángel se le permitió permanecer en el mismo sitio, mientras a la mujer se le desplazó. Para muchos funcionarios consultados por SEMANA, se trata de una medida injusta.
La situación en torno al clima laboral del Invima sigue siendo delicada, especialmente en la Dirección de Alimentos y Bebidas.