La noticia de que el Fondo Monetario ha pronosticado para Venezuela una inflación de 10 millones por ciento para el año entrante es un preaviso de que cualquier cosa puede suceder en ese país a corto plazo. Nadie imagina cómo se puede vivir –o sobrevivir– con una inflación mensual de 850.000 por ciento en promedio. Ya se están comenzando a ver las consecuencias de esa locura que se avecina. Hasta ahora, el gobierno se había defendido al subsidiar entre los pobres las llamadas cajas Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción). Estas contenían 11 productos básicos de la canasta familiar que hasta la semana pasada se podían adquirir por 25 centavos de bolívar. A partir de esta semana, el costo pasó a ser de 100 bolívares y el número de productos pasó de once a seis. El castrochavismo le habrá costado a Venezuela a finales del año entrante un retroceso económico de más de 35 años.