A pesar de que los jóvenes fueron fundamentales para la victoria de Gustavo Petro, en el movimiento estudiantil hay malestar con el Gobierno por la poca prioridad que se le ha dado al sector. Mientras el presidente está jugado con las reformas pensional, laboral y de salud, así como los temas de paz total, la anunciada reforma a la educación ni siquiera está lista para ser radicada en el Congreso.

El pasado 3 de marzo, cuando la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, un movimiento afín al petrismo, anunció una “agenda de movilización”, Petro logró desactivar el malestar al informar que “la reforma de la ley 30, ley de la educación superior, está en la agenda”. Pero dos meses después el tema aún sigue en el tintero y los tiempos parece que no dan. ¿Hasta dónde tendrán paciencia los estudiantes?