En diciembre pasado por fin se dio el encuentro entre la ministra de Salud, Carolina Corcho, y la presidenta de Acemi (asociación que agrupa a las principales EPS del país), Paula Acosta. Corcho, indignada, entró con ‘los taches arriba’ a la reunión y lo primero que hizo fue reprocharle a Acosta su diálogo con el Congreso y los medios de comunicación. Luego le soltó una bomba: le dijo que, por ese motivo, la próxima cita con ella sería hasta dentro de un año. A nadie le cabe en la cabeza semejante exabrupto, y más cuando el Gobierno Petro alista el proyecto de reforma a la salud. Para completar, Corcho le hizo una exigencia a Acosta: le dijo que entre las dos debía existir “lealtad total”. Aunque la presidenta de Acemi le expuso las preocupaciones del gremio, salió del despacho con las cajas destempladas.