Gustavo Petro es el nuevo presidente de Colombia. El líder de la izquierda, quien llegó a esta contienda electoral en representación del Pacto Histórico, se posesionará como el primer mandatario de los colombianos el próximo 7 de agosto, después de derrotar en las urnas al ingeniero Rodolfo Hernández.
Luego de una larga y polémica campaña electoral plagada de ataques contra sus principales contradictores, Petro por fin puede decir que es presidente. Por su parte, Francia Márquez, quien se consolidó en la escena política con su alta votación en la consulta interna del Pacto Histórico, llega a la Vicepresidencia representando a varias minorías que históricamente fueron segregadas en Colombia.
Petro y Francia se encontraron por primera vez luego de la victoria en los camerinos del Movistar Arena, el escenario que normalmente es destinado para conciertos en Bogotá, pero que este domingo 19 de junio fue el escogido para que la campaña de Gustavo Petro conociera los resultados y posteriormente celebrara la victoria en las elecciones a la Presidencia de Colombia.
En un abrazo tímido, pero que demostraba toda la felicidad de un momento soñado, Gustavo Petro y Francia Márquez se encontraron y se saludaron, mientras los demás acompañantes, familiares y asesores del Pacto Histórico los aplaudían por haber logrado que por primera vez en la historia Colombia vaya a tener un gobierno de izquierda.
Luego de la emoción, en el camerino del Movistar Arena, Francia Márquez salió al escenario y saludó a todos los simpatizantes y seguidores del Pacto Histórico y del candidato, y ahora presidente electo, Gustavo Petro, y dio un discurso en el que le dedicó el triunfo a todos los líderes sociales, políticos y colombianos en general que fueron asesinados por luchar por un cambio en un país lleno de violencia.
Posterior a esto, Gustavo Petro se dirigió a los colombianos y dijo que viene un “cambio real” para Colombia y que no defraudará a sus más de 11 millones de votantes que lo eligieron presidente de Colombia. Y afirmó que ahora viene el gobierno “de esperanza”, para los que antes no tenían esperanza en las instituciones y en el país.