El tema del agua potable de Santa Marta es una discusión de décadas y la solución nunca ha llegado. Con el paso del tiempo ninguna administración ha podido arreglar el problema y aunque el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, es cercano al Gobierno Petro, no se ha podido concretar la solución para esta ciudad.

De hecho, la alcaldesa de Santa Marta, Virna Johnson, ha dicho públicamente que el Distrito, junto con la Gobernación del departamento, dispone de 1,6 billones de pesos para solucionar el problema de agua potable, pero el Ministerio de Vivienda, al parecer, le pone trabas a los procesos.

La mayoría del Concejo de Santa Marta aprobó el proyecto de acuerdo 027 del 2022, mediante el cual le conceden facultades a la alcaldesa para comprometer las vigencias futuras de la ciudad para solucionar el desabastecimiento del agua.

Sin embargo, se ha conocido que la ministra Catalina Velasco no ha dado respuesta al proyecto que se radicó en su cartera y se mantiene la intervención de Empresas Públicas de Medellín (EPM) a la Empresa de Servicios Públicos del Distrito de Santa Marta (Essmar E.S.P.).

Al parecer, la campaña electoral tendría un efecto negativo en la solución del agua potable de Santa Marta porque, al tratarse de uno de los problemas más grandes de la ciudad, no se quiere dejar la solución en manos de Caicedo y Johnson con la finalidad de que no saquen réditos políticos.

Como la alcaldesa y el gobernador pertenecen a Fuerza Ciudadana, sectores del petrismo no quieren darles ese protagonismo a pocos meses de las elecciones, donde se elegirán alcaldes, gobernadores y otros cargos de elección popular.

En las toldas del petrismo se afirma que la ministra Velasco estaría dilatando el tema con la excusa de que hay que revisar detalladamente todas las alternativas y un posible préstamo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), lo que ha generado más dudas porque el Distrito cuenta con unos recursos.

Por esa razón, en los sectores políticos se afirma que hay un fuego amigo dentro del petrismo y que sencillamente el asunto se resolverá después de elecciones para que nadie tenga un protagonismo y cautive votos de los habitantes de Santa Marta.

Cuando fue elegido Gustavo Petro como presidente, en Santa Marta muchos esperaban —entre ellos Carlos Caicedo— que fuera levantada la intervención que el gobierno de Iván Duque había impartido en contra de Essmar, la empresa de los servicios públicos en Santa Marta, pero esto no ha ocurrido. Por eso se habla de fuego amigo, pero lo cierto es que Santa Marta sigue sin agua potable.