El exprocurador Alejandro Ordóñez tomó la decisión de quedarse en Washington, al menos por un muy buen tiempo, después de ejercer como embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Una de las razones de peso que lo llevó a seguir su vida en Estados Unidos tiene que ver con que su esposa, Beatriz de Ordóñez, recibe atención en el Hospital Johns Hopkins tras padecer esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La prueba de que el regreso del exprocurador no será pronto es que está vendiendo su apartamento en el norte de Bogotá.