El caso de Luis Alfredo Ramos en la Corte Suprema de Justicia tiene por definir una situación importante. El magistrado ponente, Ariel Torres, se declaró impedido para seguir llevando el proceso por razones bastante particulares. El exgobernador presentó en el pasado una tutela contra él, y el jurista asegura que por eso fue su contraparte. Agrega que, por esa razón, ahora no le queda bien ser el juez del caso, pues podrían surgir suspicacias tanto en Ramos como en otras personas. “Mi ánimo puede estar alterado y con ello afectar la imparcialidad con que debo actuar en el desarrollo de mis facultades oficiales”, argumenta. El impedimento deberá ser definido por la Sala de Casación Penal en los próximos días.