El exvicepresidente Germán Vargas Lleras sabe cómo funciona el poder. Y mucho más en el Congreso, una institución que él conoce como la palma de su mano. Por eso, en la elección de las directivas de las comisiones legislativas, el excandidato presidencial se quedó con dos de las representaciones más altas: las comisiones primeras del Senado y Cámara.
En la presidencia del Senado fue nombrado Germán Varón Cotrino, uno de los congresistas de Cambio Radical más cercanos a Vargas Lleras, y quien sorpresivamente se quedó con la dignidad porque el cupo, según los acuerdos políticos, le correspondía al Partido de La U. Como los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti salieron del partido y el congresista Roosvelt Rodríguez se ha mostrado en oposición a las políticas del presidente Iván Duque, la presidencia recayó en el partido del exvicepresidente.
Por su parte, en la presidencia de la Comisión Primera de la Cámara fue nombrado el representante Julio César Triana, huilense, un vargasllerista purasangre.
La Comisión Primera del Congreso es importante porque por ahí pasan los temas constitucionales trascendentales del país. Y en lo que resta del gobierno del presidente Duque se estudiará la reforma a la justicia y puntualmente la iniciativa que busca eliminar la Ley de Garantías que suspende las contrataciones estatales meses antes de las elecciones garantizando la participación en política y la corrupción con dineros públicos.
Vargas Lleras, como muchos sectores políticos, ha considerado que la Ley de Garantías estanca el desarrollo de las regiones. Y más si se tiene en cuenta que aplica para elección de alcaldes y gobernadores, congresistas y los comicios presidenciales.
Otro de los proyectos que pasará por dicha comisión es la legalización de la marihuana recreativa y la reglamentación de la eutanasia, que volverá de nuevo al Congreso durante los próximos cinco meses de legislatura.