La política es dinámica y mucho más en una campaña electoral. Gustavo Petro se ha dado cuenta de que para llegar a la Casa de Nariño se necesita un respaldo de todos los sectores y, por eso, sin importar lo que pensaba antes, se ha acercado a quienes en el pasado eran adversarios políticos.
El encuentro que se produjo este lunes entre César Gaviria y Gustavo Petro generó todo tipo de reacciones en redes sociales, donde cuestionaron al aspirante presidencial por haber cambiado tan rápido de opinión sobre el jefe del liberalismo.
Además de los cuestionamientos, los seguidores de las redes sociales le recordaron al aspirante del Pacto Histórico lo que pensaba de Gaviria hace unos años cuando quería llegar a la Casa de Nariño sin alianzas políticas.
“El Partido Liberal se ha convertido en un saloncito de té de la casa de César Gaviria. Este dueño y señor del otrora mayor partido popular de Colombia impone a su hijo, vinculado a Odebrecht, como su candidato presidencial. ¿Qué harán los liberales progresistas del pueblo?”, dijo Petro el 29 de diciembre de 2019.
Dos años después, al parecer, Petro cambió de opinión sobre César Gaviria y lo buscó desesperadamente hasta que consiguió el encuentro de este lunes en la casa del expresidente, para así consolidar una alianza con el Partido Liberal, que tanto criticaba, y buscar ganar las elecciones presidenciales.
Pero el recordatorio no es solo para Petro. Además, le sacaron un trino a Gustavo Bolívar, cabeza de lista al Senado del Pacto Histórico, y quien dice representar la renovación política en el país.
En 2014, el senador escribió sobre César Gaviria que era el “jefe de debate de la mermelada. ¿El trato incluye el ministerio para Simón (Gaviria)? Entre políticos sucios nada es gratis”, dijo el congresista.
Ahora, tanto para Petro como para Bolívar las cosas han cambiado. Esto puede ser porque cambiaron de opinión sobre el jefe del liberalismo o sencillamente por conveniencia política para intentar ganar las elecciones.
Lo que tanto han criticado en el pasado, lo están haciendo en el presente para llegar al poder sin importar sus posturas y mostrando una incoherencia total.
En política el pasado no perdona y muestra que, con tal de conseguir votos, se puede hasta olvidar lo que se ha dicho de otras personas, incluso lanzando graves acusaciones, como lo hicieron con César Gaviria.