En el Congreso de Asofondos que se realiza en Cartagena, donde se debate el tema de pensiones en Colombia, uno de los eventos centrales ha sido el de los candidatos a la Presidencia, que fueron puestos en el banquillo, indagados acerca de sus propuestas en el que es uno de los puntos más sensibles para cualquier ciudadano.

En el pódium, Ingrid Betancourt, aspirante a llegar a la Casa de Nariño, por el Partido Verde Óxigeno, fue sorprendida con una pregunta distinta: ¿qué piensa de Piedad Córdoba?

Betancourt tomó aire y prontamente acertó a responder: “No diré aquí qué pienso de ella. Ustedes pueden sentir lo que pienso”. Y, acto seguido, se despachó: “Lo que sí quiero decir es que el perdón social (propuesta de Petro) ya comenzó... con Piedad Córdoba”.

Los argumentos esgrimidos por Betancourt acerca de su pensamiento en relación con Piedad Córdoba son bien conocidos en el país, pero Ingrid esta vez sustentó que Gustavo Petro lo que hizo fue entregarle un fuero: “Cuando Petro acepta en su campaña a Piedad Córdoba, a sabiendas de que había sobre ella una investigación en la Corte Suprema de Justicia; a sabiendas de que había sido denunciada por un testigo, y nada menos que su asesor privado, que le contó al país la forma en la que quería negociar la liberación de los secuestrados a cuenta gotas para favorecerse ella en su aspiración política, lo que le entregó fue un fuero”.

El fuero, según se desprende de sus argumentos, ahora pondría contra la pared a la propia justicia: “Yo no se qué va a hacer la justicia. Seis meses antes de nuestra liberación, murieron los diputados del Valle. Si esas liberaciones se hubieran dado antes, probablemente esas familias no hubieran tenido que pasar por el drama de ver a sus familiares entregados en bolsas plásticas. Estamos hablando de cosas mayores. Yo no sé qué va a hacer la justicia. Espero que haya una justicia para las víctimas. Y una justicia para Colombia”.