A la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, se le ve sonriente en el Congreso por la aprobación de las reformas pensional y laboral, pero en su despacho las cosas no marchan igual como en el Legislativo. Al Ministerio le embargaron una cuenta bancaria por las disputas que tiene con los pensionados de esa cartera que alegan que no les han pagado las prestaciones extra a las que tienen derecho por ley. Asimismo, Ramírez enfrenta un proceso en la Procuraduría porque los sindicatos señalan que ha irrespetado la huelga en esa entidad. Como dice el dicho, en casa de herrero, azadón de palo.