En medio de las reacciones que se han suscitado este domingo 30 de octubre de 2022, tras conocerse el ajustado triunfo en las urnas del nuevo presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien a los 77 años volverá al máximo cargo político de su país, ha despertado especial curiosidad la emitida por el otrora presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Si bien Correa se manifestó para felicitar a Lula da Silva, político con el que compartió cuando cada uno era presidente de su país en la primera década de los años 2000, su trino decidió ir más allá del opinar sobre la política de Brasil, y lo mezcló con aspectos de la política interna de Ecuador, los mismos que hoy lo tienen exiliado en Bélgica.
“Cuando encarcelaron a Lula para impedirle ser candidato, no solo le robaron su libertad, también robaron la democracia a Brasil”, señaló Correa, haciendo referencia al caso Lava Jato, correspondiente al escándalo de corrupción de Odebrecht en el que se vio involucrado Lula da Silva por la aparente aceptación de coimas y beneficios personales, y que significó que, 4 años atrás, cuando Bolsonaro llegó al poder al derrotar al candidato Fernando Haddad, Lula no pudiera ser aspirante presidencial.
En ese sentido, Correa afirmó sentirse identificado, refiriendo así que las causas jurídicas que actualmente cursan en su contra en territorio ecuatoriano también serían, según él, una suerte de injusticias e incluso ‘montajes’.
Sobre el particular, Correa adujo que “lo mismo hicieron en Ecuador con una ridícula sentencia por «influjo psíquico»”, refiriendo su caso, y mostrándose esperanzado en que, al igual que Lula en Brasil, los procesos que cursan en los estrados ecuatorianos en contra del otrora presidente de ese país, y que hoy lo tienen prófugo de la justicia, más exactamente en Bélgica, también serán resueltos.
“En Ecuador la revancha popular será aún mayor”, afirmó Correa, quizá intentando notar que para Lula no fue fácil volver a la Presidencia. Esta situación se evidencia en los resultados de este domingo, pues en ellos se muestra que el nuevo presidente electo accedió con un corto margen de ventaja, y superando apenas por algunas décimas, el 50 % de la votación, lo que evidencia el difícil panorama que le convoca ahora como mandatario en medio de un país dividido.
Precisamente, en su discurso de victoria, este domingo, Lula hizo referencia a los problemas legales que le impidieron ser candidato hace 4 años, señalando en su discurso que “intentaron enterrarme vivo y aquí estoy para gobernar este país en una situación muy difícil”.