Aunque el Congreso ya salió a receso, para febrero están previstas reuniones entre los voceros de los partidos y el presidente del Senado para revisar las declaraciones del presidente Petro en contra del Legislativo. Los congresistas se sienten maltratados, creen que no se está respetando la separación de poderes y que el mandatario quiere presionar con sus trinos destemplados en los que los relaciona con el paramilitarismo y el narcotráfico.

Name ha tenido que pedirle respeto a Petro en dos ocasiones y esa relación se enfría cada vez más. Los senadores que votaron en contra de la legalización de la marihuana dijeron que si a Petro le molesta tanto la democracia, en 2024 seguirán hundiéndole sus iniciativas. ¿La próxima será la reforma pensional?