A propósito de esa reunión de directores de medios con el ministro Iván Velásquez, hubo un momento álgido que dejó grandes incógnitas. Cuando se le preguntó al funcionario qué debía hacer la Policía en caso de que las disidencias se tomen las calles de un pueblo, como ocurrió en Samaniego (Nariño), en medio del cese al fuego, la respuesta fue más que preocupante: básicamente, deben hacer lo mismo, es decir, nada.
En Samaniego, lo único que hicieron los uniformados fue grabar desde la estación las imágenes de los criminales armados hasta los dientes, amedrentando a la población. Luego vino la pregunta del millón: en un caso así, ¿en manos de quién queda la seguridad de los ciudadanos? No hubo respuestas. Solo divagaciones. Quedó claro que estará en la buena voluntad de los delincuentes.