Ernesto Samper, expresidente de la República, llevó a cabo un conversatorio para conmemorar los 30 años del inicio de su gobierno. En una de sus intervenciones confirmó que sí portó una pastilla de cianuro en un viaje a Estados Unidos, con el fin de suicidarse en caso de que lo capturaran.
“Sí, es cierto”, dijo el expresidente en el evento, que se llevó a cabo en el Gimnasio Moderno de la ciudad de Bogotá.
Y narró la historia: “Nosotros íbamos a viajar a Nueva York. Había jurado que iba a ir a Nueva York, a la asamblea, para denunciar lo que nos estaban haciendo. El tratamiento que me dieron a mi los norteamericanos fue absolutamente injusto”.
También dijo que no iba a hacer un acuerdo con la justicia estadounidense porque “no tenía nada para ofrecer”.
“No tenía culpa qué ofrecer para negociar. Tampoco lo habría aceptado”, manifestó Samper Pizano en el conversatorio.
Samper dice que “para acabar de rematar” le metieron droga en el avión, sugiriendo que los estadounidenses pudieron tener algo que ver en ese suceso.
“Lo que me podían hacer en Estados Unidos era de cualquier calibre. Le dije al médico personal: ‘Bueno, yo no me voy a dejar coger vivo. Prepáreme alguna cosa porque de esta no me dejo llevar vivo’. Me dijo que tocaba prepararme una pastilla especial”, contó.
La pastilla de cianuro estaba diseñada para el expresidente, teniendo en cuenta su peso y sus condiciones para asegurar que efectivamente era una dosis letal.
“Llevaba la pastilla en el bolsillo de atrás”, dijo, agregando además que nunca tuvo que utilizarla porque nunca estuvo en una situación de posible arresto.
Samper agregó que el viaje fue “una pesadilla” por una supuesta vigilancia de la DEA, cuyos agentes estaban hasta en las “alcantarillas”, siguiendo los pasos del entonces presidente colombiano.
“Jacquin me compró un aparato para tranquilizarme, que emitía sonidos naturales. Cascadas del Himalaya. Le dije: ‘Apague eso que me voy a suicidar, me voy a meter la pastilla”, recordó.
Apenas terminó el discurso, el expresidente se fue de Nueva York, concluyendo que “sí fue cierto, hasta ese extremo llegué”.