La representante a la Cámara por Bogotá Katherine Miranda se ha convertido en una de las dirigentes políticas que el país tiene en su radar tras sus constantes denuncias sobre corrupción, entre ellas el escándalo de la exministra de las TIC Karen Abudinen, por el polémico contrato de Centros Poblados que terminó por costarle el cargo a la funcionaria. Hoy, los 70.000 millones de pesos del anticipo siguen embolatados.

Ante sus denuncias, Miranda también se ha convertido en blanco de sus críticos. Recientemente sus asesores lanzaron en redes sociales un video que es parte de su campaña a la Cámara y que, según sus opositores, tiene coincidencias creativas con una pieza audiovisual que fue presentada en España donde se promocionaba un festival en Barcelona.

Las críticas no se hicieron esperar. Por ejemplo, Ani Abello, influenciadora uribista, le preguntó: “¿No le da vergüenza, Katherine Miranda? El plagio también es corrupción”.

Miranda, en diálogo con SEMANA, respondió: “Es algo que no hemos tratado de esconder, utilizamos el mismo concepto, pero para denunciar la hipocresía de la política colombiana. Sin embargo, a mí me causa bastante asombro que la discusión se torne en la forma del video y no en su contenido, que es bastante crudo y realista sobre cómo se hace política y se legisla en el país, de cómo están presentes siempre en las elecciones la lechona, el tamal, la compra de votos, de cómo se utiliza la religión y el nombre de Dios para amasar riquezas, poder y para obtener curules y que no paguen impuestos”.