En pocos días se estrenará la película de James Bond Sin tiempo para morir (No Time to Die). Será la última en que el actor Daniel Craig interprete al 007. Para los analistas de negocios, del éxito que tenga esa película en taquilla dependerá el futuro de la industria del cine después de la pandemia. Nadie sabe si tras año y medio de encierro viendo streaming los hábitos de consumo de la gente han cambiado. Como los estrenos de las grandes películas se habían aplazado por la covid, esta sería la más importante superproducción en probar las aguas después de dos años de grandes pérdidas. Si esta última es un fenómeno mundial como las anteriores, los dueños de las salas de cine respirarían con tranquilidad. Si vende menos de 1.000 millones de dólares sería un fracaso y habría caras tristes.