Los últimos testimonios recibidos sobre falsos positivos aumentan la indignación alrededor de ese capítulo oscuro de la historia de Colombia. Los culpables que confesaron ante la JEP dieron testimonios aterradores. Dijeron que era tan poco el valor que le daban a la vida humana que en muchos casos el premio por un muerto era una hamburguesa. También hablaron de los criterios con los que los asesinos escogían a sus víctimas. Entre estos estaban, según los que confesaron, ser desmovilizado de las AUC, estar indocumentado, ser discapacitado, indígena o incluso gay.