El presidente de la República, Gustavo Petro, firmó un decreto en el que aumenta considerablemente el salario de los congresistas para 2023. El incremento para este año será de 14,62 %, lo que equivale a más de $5 millones. Es decir, los senadores y representantes quedarán ganando cerca de 43 millones de pesos al mes.
Esto contradice la promesa que hicieron los parlamentarios al inicio de este Congreso, cuando posaron ante las cámaras radicando proyectos de ley para disminuirse el salario.
La realidad hoy es contundente: tres de los cuatro proyectos de reforma constitucional que tenían la intención de reducir el salario de los senadores y representantes se hundieron uno tras otro y el otro está políticamente muerto.
Por eso, el exsenador del Pacto Histórico y aspirante a la Alcaldía de Bogotá les envió un contundente mensaje a los congresistas de esta fuerza política, liderada por el presidente Gustavo Petro, para que radique nuevamente el proyecto que permita bajar el salario de los senadores y representantes.
“El Pacto Histórico debe presentar ese proyecto ya mismo. Aberrante ganar 42 veces lo que gana un obrero”, dijo Bolívar.
No obstante, el exsenador se mostró poco optimista de que una iniciativa de este tipo pase en el Congreso: “Me cansé de presentar el proyecto de ley que rebaja el salario a los congresistas. Nunca fue aprobado. Decían ’no podemos legislar en causa propia’”.
Si hay algo que quedó muy bien amarrado en Colombia desde la misma Constitución Política fue el salario de los congresistas. El aumento anual es una obligación que establece el artículo 187 de la carta política.
“La asignación de los miembros del Congreso se reajustará cada año en proporción igual al promedio ponderado de los cambios ocurridos en la remuneración de los servidores de la administración central, según certificación que para el efecto expida el contralor general de la República”, dice el artículo 187 de la Constitución.
Esa fórmula, hasta ahora, más de 30 años después, no se ha logrado cambiar, en buena medida porque la solución, aunque parezca absurdo, está en manos de los propios congresistas, quienes han creado todo tipo de jugaditas para hundir las reformas.