Tras los recientes hechos de violencia en Tuluá, Valle del Cauca, el presidente Gustavo Petro se pronunció y rechazó el accionar de la banda criminal La Inmaculada, responsabilizada por el brutal ataque que cobró la vida de un agente de Tránsito y dejó gravemente herido a otro.
“La banda La Inmaculada ha retado a la sociedad. Sus jefes están presos. No aceptamos el chantaje”, aseguró el mandatario por medio de X.
Las medidas extraordinarias de seguridad seguirán en vigor en Tuluá, según lo confirmado por las autoridades locales, lideradas por el alcalde Gustavo Vélez, y la gobernadora Dilian Francisca Toro. El municipio permanecerá militarizado y bajo toque de queda desde las 11:00 p. m., con restricciones adicionales, como la prohibición del parrillero hombre durante todo el fin de semana.
El Ministerio de Defensa también anunció el despliegue de 120 hombres de la Tercera Brigada del Ejército para reforzar la seguridad en el municipio.
El trágico ataque contra los agentes de Tránsito, identificados como Jonny Castaño y César Hernández, ha dejado a la comunidad sumida en consternación. Las autoridades locales han expresado su compromiso con una investigación exhaustiva para identificar y llevar ante la justicia a los responsables de estos actos violentos.
Se sospecha que los incidentes, que incluyen el incendio de varios vehículos, podrían ser una represalia por la detención y traslado a Bogotá de Mauricio Marín Silva, alias Nacho, presunto líder de La Inmaculada, que opera en la región del Valle del Cauca. De igual forma, se cree que alias Pipe, hermano de alias Nacho, según le comentó la fuente a SEMANA, estaría buscando un acercamiento con el Gobierno del presidente Petro para entrar en la ‘paz total’.