El anuncio de Petro de que va a demandar la elección de Duque por ilegítima por cuenta de la Ñeñepolítica no será más que un saludo a la bandera. Tendría que presentar esa demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que lo apoyó con medidas cautelares cuando el procurador Alejandro Ordóñez lo destituyó de alcalde. En esa ocasión, el fundamento era debatible, pues el desastre de las basuras en Bogotá había sido una equivocación monumental, aunque no daba para destituirlo. Sin embargo, en esta oportunidad su cruzada contra la elección de Duque no tiene posibilidad alguna. La Ñeñepolítica puede ser ilegal y un escándalo a nivel nacional, pero de ahí a pretender que una corte internacional considere ilegítima la elección de Duque, con una ventaja de 2.364.500 votos, hay mucho trecho.