Anteriormente, el impuesto al patrimonio excluía las inversiones en acciones con el objeto de fomentar el desarrollo del mercado de capitales. Con esta reforma, las acciones pagarían, además de ese impuesto, un impuesto a los dividendos del 15 por ciento. Eso ha llevado a muchos analistas a pronosticar con calculadora rendimientos negativos para los que inviertan en bolsa. Las cifras son así: 5.000 millones en acciones que rentan 3 por ciento anual pagarían 75 millones en patrimonio y 21 en dividendos. Con una inflación del 3 por ciento, esta inversión estaría perdiendo 1,9 por ciento al año.