Los tres norteamericanos que fueron liberados con Íngrid Betancourt en la Operación Jaque acaban de ganar una batalla judicial importante. Un juez de Florida les había reconocido 318 millones de dólares como indemnización por daños y perjuicios por esos cinco años de cautiverio. Eso era simbólico, pues no había de dónde sacar esa plata. Ahora un magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminó que dados los nexos entre las Farc y el régimen de Nicolás Maduro, las billonarias cuentas bancarias de Venezuela congeladas por el Gobierno norteamericano podrían ser utilizadas para indemnizar a víctimas de crímenes relacionados con las actividades de narcotráfico de esa guerrilla. Esa decisión ha sido apelada y otro magistrado de la Corte Suprema gringa tendrá que decidir si confirma o rechaza esa interpretación. Si la confirma, los tres norteamericanos recibirían sus 318 millones de dólares e Íngrid y otras víctimas de las Farc tendrían derecho a beneficios comparables.