Jaime Alberto Angulo acaba de ser detenido por su participación en la masacre del Aro, que tuvo lugar en Antioquia en 1997. En esta, 200 paramilitares bajo órdenes de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso incendiaron el pueblo, asesinaron a 16 campesinos y desplazaron a 250. Angulo era un hacendado que, sin participar originalmente de los paramilitares, se sumó a esa orgía de sangre y acabó acusado de homicidio, tortura, violencia sexual y de ordenar el asesinato de un defensor de derechos humanos. La importancia de la noticia de su detención es que ese individuo era el ejemplo de los civiles que podrían ser llamados como “terceros” a la JEP. Ese concepto se distorsionó con el mito de que 48 millones de colombianos estaban en peligro de caer en esa jurisdicción.