Aunque México se encuentra en un estado deplorable, la popularidad de López Obrador está por encima del 60 por ciento. Un reciente focus group le atribuye este resultado a tres factores: 1) porque durante meses se negó a cerrar la economía independientemente del auge de la pandemia. 2) Porque puso en venta el avión presidencial y viaja en clase económica sin escoltas. Eso hace que los mexicanos puedan ver a su presidente sentado solo en la mitad de un avión entre un campesino y una señora cargando un bebé. 3) Porque decidió no vivir en el palacio presidencial, convirtiéndolo en museo, y reside en un apartamento en un barrio de estrato cuatro. La conclusión es que los mensajes simbólicos pesan tanto o más que los resultados de una gestión.