Juan Fernando Cristo, al parecer, tiene una habilidad para cambiar rápidamente de parecer y ahora en redes sociales le recuerdan cuando estaba en contra de la reforma tributaria del gobierno de Iván Duque y con camiseta y videos en sus redes promovía paros y críticas contra el Ejecutivo.

Sin embargo, ahora que el Gobierno Petro tiene lista su segunda tributaria para buscar 12 billones de pesos, el jefe de la cartera política no ha dicho absoutamente nada sobre el tema y seguramente tendrá que estar en el Legislativo defendiendo la iniciativa.

El 28 de abril de 2021 Cristo puso el siguiente mensaje: “Paremos hoy a la manera de cada uno. Contra el mal gobierno que no garantiza la vida y La Paz. Contra la reforma tributaria. Cuidando la salud”, dijo. Ese escrito estaba acompañado de un video de 30 segundos invitando a los colombianos a “parar en cualquier momento del día contra el mal gobierno y contra la tributaria que afecta el bolsillo de la clase y los pobres de Colombia”.

Desde su llegada al Gobierno Petro, Cristo olvidó de inmediato todas sus posturas y por esa razón ha sido blanco de fuertes críticas ya que antes de ingresar al gabinete ministerial tenía unos argumentos sólidos en contra de propuestas que afectaban a los colombianos, pero los olvidó.

Además de este episodio en donde claramente ya no está en contra de la tributaria, Cristo dijo en sus redes sociales lo siguiente: “Repitan conmigo: la constituyente es inviable, la reelección es inviable”, escribió Cristo en una publicación en su cuenta de X del pasado 29 de mayo. Pero todo cambió con el nombramiento que se confirmó el 3 de junio y que dejó al político de En Marcha como parte del gabinete ministerial del presidente Petro.

Desde ese momento Cristo empezó a hablar de la Constituyente y a defenderla, aunque con el paso de los días quedó claro que esa figura era inviable por lo que empezó a hablar de un acuerdo nacional con todos los sectores políticos.

Cristo es muy cercano a Claudia López, a quien acompañó en su candidatura a la Alcaldía de Bogotá en 2019 y sus raíces con el samperismo y el santismo lo hacen mover como pez en el agua en el Gobierno Petro.