En Puerto Berrío (Antioquia), el excomandante de las Farc Pastor Alape tuvo una aplastante derrota. Él quería ser alcalde de ese municipio, siete años después de la firma del acuerdo de paz entre el grupo criminal y el presidente Juan Manuel Santos. Pero los ciudadanos le dijeron que no y lo castigaron con el quinto lugar. Tan solo tuvo 1.449 votos.

El mensaje fue contundente: más allá del proceso de La Habana, los exFarc deben comprender de una vez por todas que primero deben pagar por sus crímenes, contar la verdad, reparar a las víctimas y cumplir con su compromiso de no repetición. Luego sí, que se presenten a elecciones.