La vida le cambió al presidente del Senado, Roy Barreras, desde que le descubrieron el cáncer. Aunque trabaja más de diez horas diarias y no le baja el ritmo a la agenda legislativa, el médico decidió cambiar su rutina alimentaria: suspendió la carne y la reemplazó por pollo y pescado, aunque no es de su agrado; eliminó los postres, los dulces, las harinas y los granos. No debería beber café, pero eliminarlo le ha costado. Al contrario, repite diariamente dosis de Ensure y un jugo nutricional a base de uvas. Barreras es fuerte, pero las radioterapias le pasan factura. El miércoles pasado, después de asistir a la Fundación Santa Fe, sufrió un nuevo bajón de tensión, registró mareos, náuseas y, en ocasiones, le faltó la respiración. Su familia, que está pendiente de su salud, insiste en que renuncie al Senado en un año, tal como se lo reveló él a SEMANA. Primero la salud.