Pedro Castillo, el recién posesionado presidente de Perú, trata de apaciguar las aguas. A la izquierda que lo eligió, le dio la Cancillería. Y al establecimiento que le teme, y que está sacando sus capitales del país, le va a entregar el Ministerio de Hacienda. Para esto nombró en Relaciones Exteriores al exguerrillero peruano Héctor Béjar, compañero de Fidel Castro y del Che Guevara, quien, después de estar en la cárcel por rebelión, escribió un ensayo con frases como “Comprenderlo todo, no perdonar nada” o “Por varias vías, hacia una revolución”. En el ámbito de la diplomacia internacional, esa hoja de vida aguanta y no afecta la economía. Lo que no ha estado tan fácil es lo del Ministerio de Hacienda. Hasta ahora, ningún economista de prestigio le ha aceptado el cargo.