El presidente Iván Duque y el ministro de Defensa, Diego Molano, tienen un nuevo objetivo: que la JEP no solo se fije en los falsos positivos, sino que abra el macrocaso de las 403.000 víctimas miembros de la fuerza pública y que sufrieron a manos de las Farc. Con testimonios estremecedores y datos históricos irrefutables, el Gobierno le entregó a la JEP documentos que prueban los vejámenes a los que fueron sometidos los uniformados: asesinatos, secuestros y mutilaciones, entre otros, que no pueden quedar en la impunidad, pero que, además, deben ser reconocidos en la historia del conflicto como tal. El dolor de los héroes de la patria no puede ser borrado ni quedar en el olvido. ¿Qué hará la JEP?