El pasado miércoles, el Congreso de la República eligió a Álvaro Hernán Prada, Fabiola Márquez, Benjamín Ortiz, Alfonso Campo, Cristian Quiroz, Altus Baquero, César Lorduy, Maritza Martínez y Alba Lucía Velásquez, como los nuevos magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE)

Sin embargo, los nuevos miembros de este organismo electoral están sorprendidos con la cantidad de documentos que les han pedido en la oficina jurídica de la Presidencia para poder tomar posesión. A uno de ellos, por ejemplo, le retrasaron su proceso debido a que la fotocopia de la cédula que envió no estaba ampliada al 150%, mientras otro está ‘varado’ por la libreta militar.

Este hecho sería meramente anecdótico de no ser porque actualmente el país no tiene CNE, pues los anteriores magistrados terminaron su periodo el primero de septiembre y los nuevos no han podido posesionarse por el engorroso papeleo. Pero la realidad es que este vacío institucional fue provocado por la demora del Congreso que solo hasta el 31 de agosto eligió a los nuevos integrantes de este organismo.

Este no es un hecho menor, no se puede olvidar que el CNE es el órgano que vigila las elecciones y a los partidos políticos. Un magistrado de este organismo electoral tiene el poder de influir en temas claves, como la validez de una candidatura demandada o la apertura o archivo de investigaciones relacionadas con faltas electorales, así como la regulación de las encuestas.