El movimiento político Estamos Listas, que ya logró una curul en el Concejo de Medellín en las elecciones de 2019, se apresta ahora a dar el salto al nivel nacional.

La colectividad viene recogiendo firmas desde hace varias semanas para inscribir una lista al Senado con pocos precedentes hasta el momento: será una lista conformada solo por mujeres.

Hasta finales de agosto, este movimiento feminista adelantó un proceso de inscripción de mujeres para conformar su lista. Para construir la plancha hay cerca de 2.200 postulaciones, de las que saldrán los nombres que finalmente se pondrían a consideración de los colombianos en las elecciones de marzo del próximo año, en las que esperan garantizar algunas curules.

“Ser un movimiento político de mujeres/feminista bandera en Colombia ha implicado jugárnosla por nuestra autonomía e independencia política, que solo son posibles con trabajo organizado y colectivo, autogestión, transparencia y cumplimiento”, indicó la colectividad en una publicación.

Para obtener curules en el Congreso, una vez le sean avaladas las firmas y se postule en las elecciones de marzo, el movimiento tendría que superar el umbral, que son los votos mínimos que debe tener una lista, partido o movimiento, para ser parte del Congreso.

En el caso del Senado, el umbral es el 3 % de los votos válidos. Por ejemplo, si los votos válidos son 14 millones, el umbral sería de 420.000 votos (como ocurrió en las elecciones legislativas de 2018) y quienes no alcancen el umbral no llegarán al Senado. La tarea no es sencilla pero están decididas a lograrlo.

La tarea no es sencilla no solo por la dificultad de alcanzar el umbral sino por el panorama hostil que hoy enfrentan las mujeres en la política.

No se puede olvidar que solo un 12 % de las alcaldías están ocupadas por mujeres; y ellas representan apenas el 18 % de los concejales municipales. Según cifras de Sisma Mujer, durante las elecciones regionales de octubre 2019 hubo menos candidatas a gobernaciones; aún menos fueron las electas: solo Elsa Noguera (Atlántico) y Clara Luz Roldán (Valle del Cauca) obtuvieron el cargo.

En la Cámara de Representantes, ellas ocupan el 18 % de las curules; esto significa que no hay una base legal ni un ambiente adecuado para su representación; se benefician ciertos derechos de las mujeres en detrimento de otros igualmente importantes, como la autonomía física.