Sin saberlo, el expresidente Álvaro Uribe y quien fue su vicepresidente, Francisco Pacho Santos, compartían una misma fiscal, la primera delegada ante la Corte Suprema de Justicia.

Sin embargo, los caminos judiciales fueron distintos. Al expresidente Uribe, la fiscal lo acusó por dos delitos: soborno en actuación penal y fraude procesal, mientras que a Pacho Santos le cerró una investigación por la creación del llamado Bloque Capital de las Autodefensas.

La coincidencia judicial de las dos figuras políticas es justamente un evento del destino. Los procesos llegaron por reparto y las decisiones, con semanas de distancia, fueron realmente un hecho fortuito. En el caso del expresidente Álvaro Uribe, los términos para tomar un camino jurídico estaban por caducar y con el exvicepresidente simplemente se vencieron, lo que obligó a la Fiscalía a declarar la prescripción.

“La Fiscalía General de la Nación emitió una decisión inhibitoria por prescripción de la acción penal, en favor del exvicepresidente Francisco Santos, en una indagación que se seguía por el delito de concierto para delinquir. Las víctimas interpusieron los recursos de reposición y de apelación”, señaló la Fiscalía.

Ahora, mientras el expresidente Uribe arranca su defensa en un eventual juicio, el exvicepresidente podrá levantar la mano para advertir que el lío, por años en despachos judiciales, se cerró y logró demostrar, con la ayuda del tiempo, que nada tuvo que ver con la conformación de ese falso grupo paramilitar.

En el caso contra el expresidente Uribe hay una apelación que está en el Tribunal Superior de Bogotá, no se ha definido la solicitud de nulidad en la segunda instancia, lo que llevó a aplazar la continuación de las audiencias en la acusación de la Fiscalía. Una vez se resuelva la apelación, el proceso regresará y se tendrá que continuar con las intervenciones de las partes.