Durante esta semana, el expresidente Álvaro Uribe ha hablado por largas horas con el expresidente César Gaviria y con Germán Vargas. En esas extensas conversaciones ha hecho gala de una paciencia infinita, inédita en un político como él. A pesar de que sus interlocutores hablaban de manera apasionada y a veces en tono alto, Uribe se limitó a escuchar, escuchar y escuchar. Nunca los interrumpió y, cuando les habló, solo les presentó argumentos concretos. Aunque fue difícil llegar a acuerdos, tanto Gaviria como Vargas le reconocieron que esa faceta de político paciente le calza muy bien.