Y hablando de Saab, sus problemas con Estados Unidos empezaron hace muchos años. En su libro sobre el barranquillero, el periodista Gerardo Reyes cuenta que Saab soñaba con ser un magnate en Miami. Se fue a vivir allá en 1995 con su primera esposa y constituyó una empresa para importar toallas. No habían pasado dos años cuando la familia recibió una noticia demoledora: la embajada les quitó la visa por sospechas de narcotráfico y lavado de activos. Resultó que al Tío Sam le llegó la noticia de que encontraron cocaína en una caja con toallas en Barranquilla. Los Saab intentaron dar explicaciones a las autoridades consulares, pero no tuvieron éxito. En 2006, la embajada norteamericana les negó la visa a dos de sus tres hijos.