A pesar de ser una de las principales figuras de la coalición de Gobierno, el presidente del Congreso, Roy Barreras, no está para nada cómodo con la reforma a la salud, que fue radicada el pasado lunes.

Públicamente, en ocasiones anteriores, a través de Twitter y en declaraciones a medios, ha dejado claro que no está de acuerdo con varios puntos de la propuesta.

Roy Barreras es médico de profesión y ejerció ese oficio por años; sabe lo que es estar dentro del sistema y por eso se opone a algunos puntos de la iniciativa.

Por eso, este viernes el senador del Pacto Histórico lanzó un nuevo sablazo a la iniciativa, sin hacer mención explícita a ella.

“Lo bueno se mejora. No se destruye. Tres hospitales colombianos están entre los 100 mejores centros médicos del mundo”, dijo Barreras mientras reseñaba una noticia relacionada con las altas calificaciones de algunos hospitales colombianos.

Presidente Gustavo Petro y la ministra de Salud, Carolina Corcho. | Foto: Esteban Vega La-Rotta / Publicaciones Semana

La reforma a la salud, tal como se ha visto, no solo enfrenta un duro debate actualmente, sino obstáculos jurídicos y normativos que podrían torpedear su discusión.

Por ejemplo, los congresistas aún no se ponen de acuerdo sobre si se debe tramitar como una ley ordinaria o una ley estatutaria.

El Gobierno, inicialmente, se la jugó por radicar el proyecto como una ley ordinaria, es decir, que ingrese para su estudio por las Comisiones Séptimas de la Cámara y Senado, donde la administración Petro tiene mayorías y cuyo trámite sería más rápido.

No obstante, algunos congresistas que ya llevan varios semestres en el Legislativo consideran que es una ley estatutaria, debido a que trata sobre un derecho fundamental, lo que implica que la reforma no podría ser discutida en sesiones extra y requeriría unos requisitos más exigentes para ser aprobada.

Este debate no es un tema menor. Definir qué tipo de ley es la reforma a la salud podría, nada menos, que terminar salvando al final el proyecto, si es que el Congreso lo aprueba.

Si el Legislativo no soluciona primero la controversia frente a qué tipo de norma está discutiendo, podría poner en riesgo el futuro del proyecto. Por ejemplo, si a la reforma a la salud le da trámite por la vía ordinaria y en realidad el camino era por ley estatutaria, puede ser demandada y tumbada por la Corte Constitucional.