El 16 de diciembre del año pasado, pese a las advertencias del parlamentario Gabriel Santos, el Senado de la República hundió la reforma constitucional que buscaba recortar las vacaciones de los congresistas. En la actualidad, los legisladores colombianos cuentan con un total de cuatro meses de receso al año, los cuales superan por mucho los 15 días de los colombianos del común.
La iniciativa de Santos se hundió por falta de quorum. Según el representante del Centro Democrático, la plenaria se “desintegró” justo en el momento en el que se iba a debatir el proyecto por última vez.
“En 30 segundos se acaba el trabajo de un año”, dijo Santos, reaccionando ante la oportunidad perdida de que los congresistas en Colombia trabajaran un mes más al año.
Justo hoy, hace dos meses, se hundió el proyecto y al mismo tiempo, este martes se regresaría a la actividad legislativa de haber prosperado.
Santos, ahora nuevamente candidato a la Cámara por Bogotá, insistirá en su meta de lograr reducir las vacaciones de los congresistas. Por ahora, a tono con su innovadora campaña, está regalando camisetas con motivo de esta fecha.
“Lástima por los que trabajan mañana, porque yo soy congresista”, “más relajado que congresista en febrero” y “si la vida te da vacaciones, que sean de congresista”, son algunos de los textos que acompañan estas prendas de vestir.
¿Será el Congreso que se instalará el próximo 20 de julio, que se supone estará renovado hasta en su orientación política, el que logre quitarse a sí mismo beneficios?