A propósito de la cocaína, los datos del informe de la UNODC alertaron igualmente de un crecimiento de los cultivos de coca en el país, pues se dispararon en un 10 por ciento entre 2022 y 2023, al pasar de 230.000 hectáreas a 253.000. Hay que anotar que el Gobierno Petro, prácticamente, anuló la erradicación manual y ya estaba prohibido fumigar con glifosato. Otro dato interesante, según los expertos que han participado de la lucha antidrogas en otros Gobiernos en el país, es que en 2012 la producción potencial era de 350 toneladas de cocaína y se incautaba entre el 50 y el 60 por ciento de la producción. Hoy, ante las cifras desbordadas, las incautaciones de este Gobierno representan el 40 por ciento. La gran pregunta es hacia dónde se está yendo el dinero que queda de la cadena del narcotráfico en Colombia; obvio, a los grupos armados. Lamentablemente, la plata sucia termina permeando muchos sectores de la sociedad, incluido el sector político.