A propósito del libro de Moreno, allí cuenta la historia personal sobre su baja estatura. De una manera bella relata que, a los 14 años, sus papás, preocupados porque no crecía, lo enviaron a Richardton, Dakota del Norte, Estados Unidos, a un tratamiento. Allí solo vivían 529 personas, con temperaturas de 14 grados bajo cero. Moreno cuenta que, en un año, no creció ni un centímetro. Luego, los médicos del hospital Johns Hopkins de Baltimore concluyeron que tenía un tumor en la glándula pituitaria. Tras una cirugía, nunca alcanzó la estatura esperada. “Considero que la experiencia me ayudó a ser quien soy: un individuo que siempre ha confiado más en su ingenio que en su aspecto físico, un estudioso de las personas y de sus motivaciones, y alguien que se esfuerza por empatizar con los más vulnerables tras haber estado en su lugar”, escribe Moreno.