La junta de EPM renunció, entre otras razones, porque el el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quería ampliar el objeto social de la empresa. Quería que se incluyera todo tipo de actividades como servicios turísticos, nuevas tecnologías, la infraestructura lineal, biocombustibles, movilidad sostenible, distritos de riego y drenaje, corresponsalías de seguros, construcción de vías, puentes y túneles, servicios postales y gestión de activos inmobiliarios. Esto convertiría a EPM en una especie de Estado dentro del Estado y la alejaría de su foco histórico. PDVSA quebró porque pretendieron atribuirle una cantidad de líneas de negocios ajenas a su actividad principal.