Los administradores y la junta del Grupo Sura, en cabeza de Gonzalo Pérez, autorizaron un plan de compra de acciones a minoritarios a sabiendas de que estaban subvaloradas. ¿Cómo se sentirán esos accionistas minoritarios hoy, sabiendo que durante una década la acción del Grupo Sura se mantuvo subvalorada? Durante todo ese tiempo, la acción cayó alrededor de un 75 % en dólares.
Pero poco les importó a los administradores y directivos comprarles a precios subvalorados. El descaro va incluso más allá. Mientras los accionistas minoritarios perdían sus ahorros, los ejecutivos sí se lucraban. David Bojanini, quien fue presidente de Sura hasta hace dos años y es el responsable de muchas de las adquisiciones que terminaron destruyendo valor, se benefició a costa de los accionistas. Tras su salida del Grupo Sura, recibió una indemnización de alrededor de 25 mil millones de pesos. Como quien dice, administradores ganan, accionistas pierden. Y luego les recompraron acciones a precios que sabían estaban subvalorados.
Bojanini, quien pasó de presidir una compañía que valía US$10.000 millones a dejarla valiendo alrededor de US$2.500 millones, debería haber asumido una responsabilidad personal y ética. Pero no. Decidió aceptar su millonaria indemnización.
Gonzalo Pérez, quien apenas lleva dos años en el cargo como presidente del Grupo Sura, tal vez espera lo mismo. Los nuevos accionistas deberían revisar muy de cerca los comités que deciden la compensación de esos ejecutivos. No pueden ganar millones de dólares mientras los accionistas pierden. Y luego les compran.
* Gabriel Gilinski es accionista de Publicaciones SEMANA.