No fue posible que en el Congreso de la República que parara el impuesto a las iglesias que había sido incluida dentro de la reforma tributaria del Gobierno nacional. Esto con el objetivo de grabar toda la actividad comercial que realizan y que está alejada al culto y a la fe en estas instituciones religiosas.
Luego del hundimiento en el Senado de la República, del artículo que las ponía a tributar, solo en el pedazo relacionado con eventos como conciertos, servicios hoteleros, ventas de comestibles, los cuales, según sostenían en su momento congresistas como María José Pizarro, les generan grandes utilidades, en el trámite de la conciliación, una vez más, se intentó revivir la propuesta, pero de nuevo fue hundida, de acuerdo con lo confirmado por la representante a la Cámara Katherine Miranda, quien además confirmó que insistirá ante el Legislativo, con tal de lograr lo que hasta ahora no se ha podido.
Uno de los primeros que salió a celebrar la decisión fue el representante a la cámara Miguel Polo Polo, el cual se ha caracterizado por su permanente crítica al gobierno de Gustavo Petro. El congresista publicó un trino en el que calificó a varios representantes del gobierno como “políticos anticristianos”.
“Jajajaja que rico! Otro triunfo contra los políticos anticristianos. En conciliación se les tumbó el impuesto a las iglesias”, escribió Polo Polo en su cuenta persona de Twitter e inmediatamente generó todo tipo de reacciones en esa red social. Desde los que lo apoyan y celebraron la decisión, como también los que se molestaron, ya que piensan que los centros religiosos deben pagar impuestos igual que cualquier otra empresa comercial.
La decisión ha polarizado aún más a muchos de los congresistas colombianos. Dentro de los argumentos presentados por los defensores del impuesto a las iglesias estaba el hecho de que, al tener actividades comerciales, compiten de manera desigual con las empresas que también lo hacen y que pagan impuestos.
Pero, además, Pizarro, por ejemplo, puso en el debate la cifra, según la cual, en Colombia se crean entre dos y tres iglesias por día, con lo cual, intentaba evidenciar que se masifica tanto debido a que se trata de un negocio jugoso. No obstante, el de las iglesias es un tema altamente sensible, teniendo en cuenta que toca con la fe de un país mayoritariamente religioso.