En el Congreso hay malestar general con el canciller Álvaro Leyva por cuenta de sus reiteradas inasistencias a debates de control político para tratar asuntos de su cartera. Ya ha dejado metidos a los congresistas de diferentes comisiones en ocho oportunidades y, por eso, se está ambientando una moción de censura en su contra por el supuesto incumplimiento de funciones, que incluyen atender las citaciones del Legislativo. El Centro Democrático lidera esa figura, pero la sorpresa es que los partidos de la coalición de gobierno también están cansados de los incumplimientos de Leyva y no descartan apoyar al uribismo. Lo curioso es que hasta el Pacto Histórico ha dicho que, al parecer, a Leyva le gustan más los temas de paz que los asuntos de la diplomacia colombiana. El 16 de marzo, cuando se retomen las sesiones ordinarias, se sabrá si habrá moción o no.