A través de un breve comunicado, la Delegación para las Relaciones Iglesia - Estado en Colombia y el representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, lamentaron el asesinato del presbítero Ramón Arturo Montejo Peinado, el pasado 4 de junio.
Montejo ejercía su ministerio en la parroquia San José del corregimiento Buena Vista, en el municipio de Ocaña, Norte de Santander. Además, prestaba servicio de carácter humanitario y en favor de la paz en esta región.
“Rechazamos enérgicamente este acto de violencia y expresamos nuestras más sinceras condolencias a su familia, su comunidad parroquial y a la diócesis de Ocaña”, apostilla la declaración.
Sobre el asesinato del sacerdote, de acuerdo con lo informado por las autoridades, dos hombres que pretendían robarle su vehículo le propinaron una herida con arma blanca en la espalda. Posteriormente, en un intento del padre Montejo por oponerse al hurto, los delincuentes lo arrollaron y emprendieron la huida en el mismo carro.
Más adelante, las autoridades hallaron el vehículo hurtado en el sector conocido como San Fermín. También se produjo la captura de uno de los presuntos responsables.
Las exequias del sacerdote se realizaron el 5 y 6 de junio. Sus cenizas fueron llevadas a la parroquia San Isidro Labrador, en Teorama, Norte de Santander.