Este miércoles, ante la JEP, se llevó a cabo la primera sesión de una de las audiencias más esperadas en medio de la investigación por el denominado Caso Secuestro. Allí, víctimas y victimarios se pudieron ver finalmente cara a cara tras varios años.

Precisamente, en medio de la audiencia, Sigifredo López (único sobreviviente de los diputados del Valle asesinados) junto a otras víctimas hizo varias observaciones importantes sobre el expediente y pidió a los exmiembros del secretariado Farc, ahora congresistas de Comunes, aclarar detalles sobre lo ocurrido durante tantos años del conflicto armado en nuestro país.

Pero algo que llama la atención de las víctimas es el hecho de que la JEP no incluya como prueba el contenido revelador del computador de Raúl Reyes, conocido como el canciller de las Farc.

Reyes era el segundo hombre en importancia para el secretariado, abatido durante la Operación Fénix en Ecuador, en 2008. La razón por la que, pese a la insistencia reiterada de algunas víctimas, la JEP niega incluir esto como prueba en el expediente, tiene relación con un fallo de 2011.

En ese año, la Corte Suprema de Justicia negó el recurso de reposición que interpuso el exprocurador Alejandro Ordóñez, para que se incluyera precisamente las pruebas halladas en el computador de Raúl Reyes, quien murió en un bombardeo en zona fronteriza con Ecuador. Para la Corte, la prueba en este caso es ilícita y dejó precedente para que no se pudiera volver a usar el contenido de los correos.

Por ejemplo, uno de los correos, de julio de 2007, firmado por una persona denominada como J.E y dirigido a los “camaradas del secretariado”, retrata las condiciones en las que fueron ultimados los diputados. “Ahora se requiere la entrega de los despojos mortales de los diputados para conocer qué nuevos elementos surgen para elaborar un comunicado desenmascarando las maniobras realizadas por el Gobierno (de Uribe) para rescatar los prisioneros por la vía militar y al mismo tiempo negarse al intercambio humanitario con cualquier pretexto”, se lee en uno de tantos mensajes escritos.

Otro correo, del 6 de julio de 2007, está dirigido al “Apreciado e Ilustre Camarada Iván” (Iván Márquez) y firmado con la frase: “Paro aquí. Un abrazo, Raúl”. Se lee que “lo preponderante de la movilización de ayer fue el intercambio humanitario, la paz y la entrega de los cadáveres de los once diputados”.

¿Revivirán en algún momento como prueba? Difícilmente podría hacerlo la justicia transicional pues el alto tribunal, la Corte Suprema en su sala penal, ya dejó el precedente más que claro.